Aunque sea con un poco de retraso, intentaré repasar todo lo que degustamos y disfrutamos en el restaurante Coque, de Mario Sandoval (el cual tienen una estrella Michelín).
No tenía ni idea de que en un pueblo de las afueras de Madrid existiera un lugar tan "poco habitual" para un pueblo de las afueras de Madrid. ¡Agradable descubrimiento!.
Nada más entrar bajamos a la bodega donde nos ofrecieron un cóctel (Cóctel Coque Club) para ir abriendo boca. Lo único que recuerdo es que llevaba whisky y que fue el culpable de mi posterior dolor de cabeza (no las 3 botellas de vino...). Destacable la corrección y buenas maneras del personal que allí atendía.
El suelo transparente, nos dejaba ver un montón de botellas. Suponemos que están ahí ubicadas para que sea más facil leer las etiquetas una vez se desplace uno a cuatro patas tras la ingesta de varios "cócteles" de esos...
Aquí vemos el famoso brebaje. Aunque a mi no me gusta el whisky, he de reconocer que no estaba malo, así que me lo bebí para intentar leer alguna etiqueta de las botellas de vino. Todo sea por aumentar mi cultura vinícola...
Al tiempo que degustábamos el cocktail, nos sirvieron en una bandeja amorfa (con amor) una serie de aperitivos. No sabemos si la bandeja se hizo ex professo para los aperitivos o viceversa.
Los aperitivos eran:
Corteza de cereal salada (habría necesitado al menos otras 2 décimas de segundo sin que se disolviera en mi boca para poder opinar de ella)
Merengue de cítrico ácido, que efectivamente lo era.
Tulipa de caramelo dulce. Esto fue por unanimidad el mejor de todos los bocados.
Almendra tierna amarga, que efectivamente lo era.
Soufflé de queso curado Umami,...y sí, muy rico el queso.
Fuera de bromas, los aperitivos eran muy originales y supongo que realmente estarían muy pensados ya que por lo visto era importante seguir ese orden a la hora de degustarlos. Algún día lo entenderé.
Finalizado el cóctel, nos subieron en ascensor desde la -1 hasta la 2ª planta donde está la cocina. El camarero que preparó el cóctel se puso sus reglamentarios guantes blancos para abrirnos la puerta del ascensor. Punto positivo para ellos.
El ascensor era un poco pequeño (máximo 4 personas) y era bastánte fácil pulsar los botones sin darte cuenta. Yo escuchaba un pitido, pero no me imaginaba que fueran los botones, así que fuimos paramos en el resto de plantas ;)
Ya en la cocina, lo primero, el calor. Mucho calor. Lo segundo, el orden que se podía ver. He estado en pocas, por no decir en ninguna cocina de este nivel, pero al menos parecía altamente profesional, más bien un quirófano.
Fue muy interesante la visita a la cocina ya que es algo poco frecuente. Muy curioso ver cómo preparaban los platos que unos minutos después nos ibamos a comer...
Por allí pasó el mismísimo Mario Sandoval a saludarnos, darnos la bienvenida y ofrecernos otro aperitivo (aún más original que el del cóctel). Muy majo Mario, posó encantado con dos representantes de nuestro Club Gourmet. Aquí la evidencia:
Bueno...decía que el aperitivo estaba realizado con 3 tipos diferentes de aceite y consistía en:
Bizcocho de aceitunas con tapenade
Aceituna de Camporreal
que no era una aceituna real sino que estaba hecha con aceitunas deconstruidas y reconstruidas....esteeee....bueno, el proceso no lo tengo claro, pero parecía una aceituna seguro.
Pan al vapor con aceite Picual.
Sinceramente, no recuerdo cual era Picual y cual era Hojiblanca...pero buenos estaban.
Seguimos nuestra visita por la cocina caminando hacia el horno. Allí nos ofrecieron una
Tortilla de leche de oveja ahumada con nueces. Llegué tarde a la foto. Sorry.
Algo nos dijeron de que el sabor nos recordaría nuestra infancia, pero sinceramente, o tengo mala memoria o soy demasiado jóven.
Bueno, lo que sí recuerdo es que tenían 3 hornos diferentes, con leña diferente para dar distintos aromas a los platos. (olivo, limonero y ...vaya, sí que tengo mala memoria)
Tras bajar a la primera planta, llegamos a la sala del restaurante propiamente dicho. Nos entregaron una hoja con el menú degustación que estábamos probando. Habría estado bien tener esta hoja desde el principio para (aunque nos lo decían), haber ido leyendo qué era cada uno de los entrantes.
El primer vino llegó, nada menos que desde Alemania. Creo que cuesta unos 20 eur la botella.
Ahí va una reseña que he encontrado por internet.
http://www.vinissimus.com/es/vinos/blanco/detalle_vino.html?id_vino=donnr10
Estoy escribiendo esto habiendo pasado más de un mes de la visita al restaurante, así que lo único que recuerdo del vino es que estaba bueno. Creo que eso el lo más importante.
Lo primero que nos pusieron no tengo ni idea de lo que era. Bueno, era lechuga con algo debajo, pero no sale en el menú. Nos lo dijeron, sí, pero al cabo de 12 segundos y dos copas de vino, ya se me había olvidado. Creo recordar que las verduras eran del huerto del propio restaurante. Esto en particular, a falta de más información lo llamaremos "Lechuga con salsa de lechuga".
El vaso del agua no desmerecía el lugar en el que estábamos.
Raviolis de vegetales asados con cepas centenarias: "Raviolis" en plural, porque eran dos. Lo de que estaban asados con cepas centenarias o con cepas de menos de cien años, eso es algo que no nos quedó muy claro. En cualquier caso, estaban buenos, incluida la florecilla esa morada, la cual espero que fuera comestible.
El pan que nos pusieron para acompañar, podría haber sido perfectamente otro de los platos de la degustación porque estaba buenísimo.
A esas alturas, ya nos habíamos "jalado" la primera botella y había que empezar la segunda. Esta vez un Chablis de Borgoña, que personalmente me gustó menos que el anterior.
Y ya que cambiamos de vino, pasamos a temas acuáticos: Moluscos y crustáceos con ramas de limonero. Este fue uno de mis favoritos, por la gran variedad de sabores en el mismo plato.
Verduras orgánicas asadas con corteza de Quejigo.
"El
quejigo,
roble carrasqueño,
rebollo,
roble valenciano (
Quercus faginea), es un
árbol marcescente de tamaño medio de hasta 20 metros de altura, típico de las zonas de
clima mediterráneo del
Norte de
África y la
Península Ibérica. Especie autóctona del
bosque mediterráneo. Florece entre
abril y
mayo, casi siempre antes que la
encina; las
bellotas maduran y se diseminan hacia
septiembre u
octubre." - Fuente: Wikipedia.org
Volvimos a bebernos todo el vino, así que nos tuvieron que poner otro :)
http://www.dominioromano.com/vinos.es.html
A estas alturas, como comprenderéis, el vino me pareció excelente "¡viva el vino!"
Remolacha asada en horno con duelas de vino. A los que les gustaba la remolacha, les encantó y creo que hasta fue uno de sus platos favoritos. A mi no.
Atún a la brasa con semillas y ramas de fresno. Este fue uno de mis favoritos, básicamente por la salsa con la que estaba hecho el atún. No tengo ni idea de qué era (aparte de semillas y ramas de fresno), pero hacía de ese atún algo delicioso. Simple, pero delicioso.
Y claro, para hincarle el diente al plato más contundente, había que cambiar de vino a otro más contundente. Me podrían haber puesto cualquier cosa que me lo habría bebido.
Crujiente de lechón ahumado a la leña de encina. Ahora, por si teníamos alguna duda de que el lechón estaba cocinado con leña de encina, nos lo sirvieron en un....en un.... (como se llama eso???), bueno, en una cúpula de cristal con pitorro en la parte'arriba pa'garrarlo (creo que ese es el nombre técnico). Dentro de la cúpula, estaba el lechón, y todo el humazo de encina. Metiendo la nariz allí y oliendo profundamente, ya tenías aromas de encina para un buen rato.
Una vez disipado el humo, entre la niebla surgía ese pedazo de cerdo. A simple vista parece poca cosa, pero la textura de la piel y su sabor hacía que el plato subiera de nivel. Sin desmerecer a todo lo anterior, para mi fue uno de los mejores, si no el mejor, pero claro, a mi me encanta el cochinillo.
Terminada la comdida, hicimos un poco de ejercicio y bajamos a la planta baja para degustar los postres en otra sala con otro ambiente distinto. Esto fue algo muy bien valorado por los comensales, que lo prefirieron a seguir sentados en la misma sala.
Afortunadamente para mi, se dieron prisa en explicarme que lo que nos acababan de poner no se comía, y que había que abrirlo y comerse solamente lo de detro:
Flan de huevo con helado de caramelo: sin duda, no era la textura esperada para se un flan de huevo, pero no podrá nadie discutir que era muy original.
Si el huevo era original, el siguiente, más!. Lo llamaron "Oro parece plata no es". ... vaya, no se quebraron mucho la cabeza.... Más bien sería "platano parece, pero ¿es o no es?", porque saber, sabía a plátano, pero no tengo claro si estaba hecho con plátano o era algún invento de estos raros.
Intenté averiguar qué eran las gotitas y la salsa esa que había sobre el plato (por cierto, los platos eran de pizarra-muy originales!), pero no pude porque mis papilas gustativas ya habían superado el límite de sabores para un mes.
Nos pusieron una copita de vino dulce Lustau (Fine Sherry wine) Pedro Ximenez. No os diré si estaba bueno o malo. Solamente que le dijimos al camarero que dejara allí la botella...
http://www.lustau.es/es/lustau_38.html
Migas de chocolate con yogurt: Estoooooo, ...... ¿comimos esto?. No me causó ninguna impresión porque no lo recuerdo. En cualquier caso, tiene muy buena pinta y seguro que estaba buenísimo.
De lo siguiente sí que me acuerdo: Caja de minerales. Pero no eran minerales claro (esto sí que podría ser oro parece plata no es, jeje). Eran chocolates, bombones etc, con el consiguiente desorbite de ojos de las miembras del club gourmet allí sentadas.
Al principio pensé que había que coger uno y ya, que era un detalle del restaurante para acompañar los cafés. Pero luego me di cuenta que eran todos para nosotros, así que ¿cómo ibamos a hacer el feo de dejar alguno en la caja?. Nos pesó mucho, pero decidimos comernos todos.
Solo por dejar constancia, lo que ponía en el menú era:
Nube de mandarina, Roquita de almendra, Palito de cchocolate y curry, Crocant de chocolate, Bombón de praliné, Naranja escarchada, Trufa de pasión, Gominola de frambuesa, Bombón de yuzu (qué demonios sería eso), Grajea de canela, Coquito, Cremoso de Bourbon y Macarrón de lima.
Yuzu (ユズ, Yuzu? Citrus ichangensis x Citrus reticulata var. austera) es un
cítrico que crece en
Japón. Tiene apariencia de una pequeña
naranja, y es de color amarillo o verde.
El sabor es parecido al de la toronja, pero se confunde con el de la
mandarina; sin embargo es raro que se coma la fruta. Es usado comúnmente como
infusión, del mismo modo como es usado el
limón. La cáscara es usada como aderezo en las salsas. El yuzu es usado también para hacer
mermeladas y
dulces.
Yuzukosho, literalmente yuzu y pimienta, es una salsa picante hecha con cáscara de yuzu verde y
pimienta verde.
Bañarse con yuzu en el
Toji (solsticio de invierno) es una costumbre popular.
Fuente- Wikipedia.es
Y para finalizar, los cafés y los tés, que como no podía ser de otra forma, venían acompañados de una variedad de azucarillos por si el nivel de glucosa en sangre después de tanto dulce no era suficiente.
Conclusión: ¡Volveremos!, y no solo eso, sino que intentaremos ir a "Columbus", el nuevo Restaurante del Casino Gran Madrid en la plaza de Colon, el cual estará dirigido por Mario Sandoval.
Para celebrar que la velada había sido todo un éxito (y porque cerraban el restaurante), nos fuimos al bar de enfrente donde rematamos la faena con sendos Gin-Tonics y Pampero-Aniversario con Coca-Cola.
¡¡¡Claaaaro!!! Ahora me doy cuenta que esta fue la causa de que no recuerde bien el sabor de los platos...