Restaurante interesante en la famosa zona Tri-Ball de Madrid.
La zona no me gusta demasiado, así que ya empezamos mal...
Nada más entrar, muchísima gente en la barra, que está a la derecha, y un cierto olor que no supe identificar casi hacen que no entrara al restaurante.
En fin, una vez dentro, estilo moderniqui, aunque no estaba mal. Si este restaurante lo abrieran en otra zona de Madrid, me gustaría bastante más y seguro que volvería a ir. Tampoco estaría mal que quitaran alguna mesa, porque el ambiente tranquilo que hay, se echa a perder con la cercanía del resto de comensales.
La carta no es demasiado extensa (lo cual agradezclo personalmente).
La crema de calabaza, bastante bien.
La ensalada con queso de cabra....regular. De sabor bien, pero cero cariño en la preparación del plato, o al menos da esa sensación. Exceso de forraje, colocación poco elaborada, verduras poco hechas, una rodaja de tomate frío, sin hacer a la plancha....
Hamburguesa: Normal.
Solomillos de pato: De nuevo la presentación es pobre, aunque la cantidad era abundante y el sabor bastante bueno.
El postre no estuvo mal, aunque nada del otro mundo.
Resumiendo:
Zona:3/10 (pobres vecinos)
Decoración:4/10 (gotera en el techo incluida)
Presentación platos: 3/10 (echaremos las culpas a las prisas)
Sabor platos: 5/10 (nada sorprendente)
Servicio: 7/10 (los camareros, vestidos informalmente daban la sensación inicial de tener falta de experiencia, pero todo lo contrario: rápidos, atentos y diligentes. Bien! un punto positivo)
Precio: 3/10 (creo que un pelín más caro de lo que debería ser. Al menos entiendo que en ese precio estaban incluídas más cosas aparte de la comida, las cuales cosas eran bastante mejorables)
Volveré?: 5/10 (bueno, tampoco quiero ser demasiado crítico habiendo estado solo una vez, así que, tal vez vuelva para conocerlo mejor)
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