El otro día cenamos en casa de una de las socias del Club Gourmet.
Desde la más absoluta parcialidad, y resumiendo, diremos que la velada fue excelente, tanto por la compañía (eso ya se sabía), como por la calidad de los platos allí degustados (eso se sospechaba). ¿Será alguién capaz de superar el nivel dejado en esta cena?. Esperamos verlo pronto...
La mesa
Ya de entrada, la presentación de la mesa fue un adelanto del nivel que tendría la cena. A pesar de estar entre amigos, la anfitriona cuidó todos los detalles, desde un mantel bordado a mano por los ancestros de la cocinera, hasta servilletas traídas de la mismísima feria de abril, pasando por una cubertería y una vajilla que ya la quisieran en el Ritz para los banquetes de boda...
El vino (I): Briego Tiempo Crianza 2009
Para ir calentando motores, abrimos una botella de Briego Tiempo Crianza 2009
Puesto que el que escribe no tiene ni idea de vinos, solamente diremos que estaba buenísimo. Aquí tenemos la ficha técnica para los más interesados.
El primero: Pisto manchego al estilo de su madre
Respecto de este plato, lo único que podemos recordar son las lágrimas que a todos se nos saltaron cuando se acabó. Afortunadamente, (ya se sabe donde hay confianza...) pudimos mojar pan, de hogaza por cierto, hasta que se acabó el pringue y volvieron a brotar nuestras lágrimas. Sin duda, uno de los mejores pistos que hemos probado en este Club.
El segundo: Brick de morcilla con piñones
Para seguir con los aires rurales, pudimos probar estos saquitos hechos con masa Filo en cuyo interior se escondía una excelente morcilla con piñones. Podríamos pensar que la morcilla sería demasiado fuerte para una cena de esta categoría, pero nada más lejos de la realidad. El resto de ingredientes, los cuales desconocemos, hicieron que la morcilla no se nos apareciese durante el resto de la cena.
Aquí podemos añadir un pequeñísimo punto de mejora ya que el brick se endureció más de la cuenta en la parte del cierre. Detalle sin importancia ya que lo interesante estaba en la parte inferior y eso estaba perfecto. En cualquier caso, yo me lo comí todo, incluido un poco de pisto como acompañamiento que me suministraron disimuladamente para evitar envidias y peleas...
El vino (II): Briego Reserva 2000
Cuando se acabó el primer vino, pasamos a bebernos otra botella de la misma bodega, pero con algunos añitos más. Hasta para mi ignorante paladar, las diferencias con la primera botella fueron claramente perceptibles. La contundencia de este segundo vino sin duda sería perfecta para lo que se nos venía encima...
El tercero: Pimientos rellenos de atún
Como se puede ver en las evidencias, no me dio tiempo a hacer una foto decente de la presentación del plato. Allí todo el mundo decía que estaban llenos, que ya no podían más...., pero si me descuido saco un plato vacío.
Los pimientos estaban a la altura de los platos anteriores. Para mí, lo más destacable fue la textura y el sabor del relleno, que me sorprendió gratamente. Claro que, ahora a ver quién se atreve a probar la lata de pimientos rellenos que dan en la cesta de Navidad sin suspirar recordando estos otros...
El vino (III): Valdesil Pezas da Portela
A estas alturas, por si no nos habíamos percatado, fuimos informados que estábamos ante una cena inversa, e íbamos a finalizar con un vino blanco que aunque me repita diré que estaba buenísimo (y no tiene nada que ver las otras 2 botellas que nos habíamos bebido antes). Aquí pongo la descripción de los que entienden de esto.
El cuarto: Cazuela de fideos tostados con almejas y langostinos
La gente seguía pidiendo clemencia ante la posibilidad de explosión de algún botón o corchete tensionado en exceso, pero al mismo tiempo iban cogiendo la cuchara y arrimándose a la mesa para no perder ni un fideo.
Según informaron fuentes bastante fiables a esta redacción, uno de los secretos del plato fue tostar los fideos previamente y el otro, llamar al mismísimo Napoleon para ayudar en la elaboración del fumet de pescado.
El sabor a pescado era lo justo y necesario, al menos para mi gusto. Seguramente los que sean de orillas del atlántico preferirían más sabor a pescado.
El segundo punto de mejora que podemos comentar, no es atribuíble a la cocinera, sino al Corte Inglés. La receta original era con almeja babosa, pero los grandes almacenes no pudieron suministrar la materia prima a tiempo.De todos es sabido que el sabor del plato sería completamente diferente si la almeja hubiera sido babosa...
La cantidad de almejas y langostinos por centímetro cúbico de sopa era más que generosa, tanto que a alguno de los socios del club le flaquearon las fuerzas y tuvo que "entregar la cuchara" a falta de 4 almejas y 3 langostinos...
El postre: Tiramisú (para el que aún le quede sitio)
Me las prometía muy felices pensando que todo el Tiramisú sería para mí, pero que va!, el vino blanco les había ayudado a digerir la sopa y la mayoría estaba dispuesta a probar el postre.
Teniendo en cuenta que no soy experto en Tiramisuses, puedo decir que el sabor era una vez más buenísimo, aunque quizá (pequeñíssssimo punto de mejora, para mi gusto, claro), la consistencia era algo blanda debido al exceso de líquido. Claro que creo que esto pasa siempre que se hace un tiramisú de más de 10 cm de altura y se asegura que no quede seco.
Ante el gran disgusto que tenía por la consistencia del tiramisú, no me quedó más remedio que repetir. En ese momento me di cuenta de que todos los demás no podían moverse de cintura para arriba, así que decidí no tripitir por evitar que alguno se animara también y tuvieramos que ir al hospital.
El re-postre (I): Ginebra Botanic W&H
Por la forma de la botella, al principio pensé que era un perfume (o un antiséptico), pero no. Por lo visto dicen los que la probaron que esta ginebra, acompañada de Fever-Tree tonic, saquitos Tea-Tonic, limón y mucho hielo, era el complemento ideal para que los jugos gástricos hicieran su trabajo.
El re-postre (II): Ron Diplomático Reserva
Y como nos gusta mucho la "re-postrería", pues pudimos degustar uno de los mejores rones del mundo (eso dicen), traído para la ocasión desde una conocida República Bolivariana, o Boliviana....ejem...bueno, a estas alturas alguna ya no sabía casi ni situar Alcalá en el mapa, así que da igual.
Enésimo comentario desde la ignorancia, y es que al menos a mi me sorprendió, no tanto el sabor, como la duración del mismo. No le vamos a echar la culpa al ron, pero...uff!!, las 4 de la mañana....!
Dando la cena por finalizada, y ante la preocupación de algunas socias por la falta de horas de sueño y consecuente gereración de arrugas por la pérdida de radicales libres en su piel (creo que en realidad se referían a la excesiva acumulación de los mismos) http://es.wikipedia.org/wiki/Radical_(qu%C3%ADmica), se levantó la sesión, emplazando a todos los socios del Club Gourmet a una nueva convocatoria aún por determinar.
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